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Salud pública, odontología y pandemia

08/10/2021

Presentamos un extenso informe con el fin de mostrar el amplio panorama de la salud bucal pública, incluimos cuatro experiencias con distintas modalidades asistenciales. Los profesionales consultados coinciden en la baja de consultas y en cómo el esfuerzo y el talento del recurso humano en odontología permitieron hacer frente a los nuevos desafíos

 

Hospital de Autogestión San Bernardo de Salta. Un ejemplo de compromiso con la profesión y el prójimo
Basado en un informe de la Dra. Lea Iriarte, jefa del Programa de Odontología con la colaboración de su colega, Dr. David Saldías, presentamos esta nota sobre la realidad de la atención pública en esta provincia y el impacto de la pandemia

El Programa de Odontología del Hospital Público de Autogestión San Bernardo de la Provincia de Salta está formado por los servicios de Cirugía Buco Máxilo Facial, Endodoncia, Prótesis y Ortodoncia con Laboratorio de Prótesis, Operatoria Dental y Periodoncia, residencia de Odontología General, Guardia Odontológica para urgencias y emergencias las 24 horas del día, los siete días de la semana. La población que se asiste es mayor de 15 años, y previamente a la pandemia tenía un flujo promedio de cien pacientes diarios por consultorio externo y treinta en guardia.
El programa cuenta con la dirección desde 2017 de la Dra. Lea Marcela Iriarte y depende directamente de la Gerencia de Atención a las Personas. Está formado por treinta y cinco profesionales, distribuidos en las diferentes áreas, trece asistentes dentales y dos secretarias administrativas. Por tratarse de un hospital de alta tecnología, especializado en atención de agudos, los servicios odontológicos reciben pacientes por derivación para la realización de prácticas de complejidad.

La atención en la pandemia
Al inicio de la pandemia, en el momento más estricto de aislamiento, solo se mantuvo el servicio de emergencias para la atención de pacientes. La demanda cayó significativamente en virtud de la reducción de circulación de la población, que se tradujo en una menor prevalencia de accidentes. Se suspendió la atención en consultorios externos y se iniciaron las obras de adecuación de la infraestructura para cumplir con los protocolos COVID-19. Se dividió el personal en dos grupos que rotaban cada quince días en la atención de urgencias. Mientras se brindaba apoyo en la preparación de equipos de protección, protocolos, kit sanitarios, telemedicina y seguimiento epidemiológico.
En primer lugar, se retomó la atención en consultorios externos de pacientes maxilofaciales ingresados por trauma o infecciones odontogénicas agudas y pacientes oncológicos. Luego, se sumaron otras prácticas quirúrgicas, cirugías dentoalveolares, interconsultas intrahospitalarias y la asistencia de personas con discapacidad.
El impacto de la pandemia se vio reflejado especialmente en el área de rehabilitación, donde la reducción del número de sillones, su disposición en boxes cerrados y la aplicación de protocolos con intervalos de tiempo de ventilación y limpieza, luego de prácticas con aerosolización, redujo la capacidad de atención a un tercio del índice histórico. En la actualidad, ya funcionan todos los servicios pero siempre con turnos previos.

Características de los servicios
Cirugía Máxilo Facial. Atiende fracturas, tumores y malformaciones. Cuenta con internación y quirófano. Hace cirugía de elementos retenidos y atención bajo anestesia general de pacientes con discapacidad.
Prótesis. Realiza prácticas de prótesis completas, parciales y fijas, placas obturadoras. Dispone de un laboratorio. Ortodoncia. Trabaja históricamente con una población de trescientos pacientes en tratamiento, además de la preparación de los casos para cirugía ortognática.
Endodoncia. Brinda tratamientos y retratamientos de uni y multiradiculares.
Operatoria Dental y Periodoncia. Asiste a la población intrahospitalaria y hace rehabilitación posendodóntica.
Guardia. Recibe urgencias y emergencias, traumatismos faciales, flemones por infecciones agudas de origen odontogénco, heridas por mordeduras, ingresos de pacientes accidentados y derivaciones de pacientes hospitalizados.

La pandemia en primera persona
“Nuestro programa contó con el aporte de su invalorable recurso humano, ávido de saber y de estar a la altura para sobrellevar esta pandemia. Si bien los miedos personales por la incertidumbre del COVID-19 estaban presentes, los colegas se capacitaron en el uso del equipo de protección adecuado, y el seguimiento estricto de los protocolos de atención, que al día de hoy se encuentran ya internalizados y son también conocidos y aceptados por los pacientes. La educación a través de los medios de difusión ha hecho más consciente al paciente en cuanto a la presencia del virus en saliva, lo cual los ha predispuesto a cumplir con los horarios y protocolos necesarios para su atención. De esta pandemia podemos rescatar el trabajo y apoyo entre todos los que conformamos el equipo de salud. Lo peor fue darnos cuenta de nuestra vulnerabilidad, haber sufrido la pérdida de compañeros. Todo lo vivido nos sirvió para valorar el componente humano, su compromiso con la profesión y con el prójimo. El sentirse orgulloso de ser un eslabón más dentro del equipo de salud, que indistintamente del rol para el cual fuimos formados, estuvimos involucrados en sobrellevar satisfactoriamente el momento”, explica de forma muy clara la Dra. Lea Iriarte.

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Hospital de Odontología Ramón Carrillo. “La guardia es la carta de presentación del hospital”
La pandemia modificó la dinámica de la asistencia así como generó una baja de consultas. Hoy, el desafío es trabajar para recuperar los índices históricos de pacientes atendidos. En esta nota el jefe de Guardia, Dr. Carlos Russo, explica cómo fue trabajar en pandemia en el ámbito de la salud pública de la ciudad de Buenos Aires

El Hospital de Odontología Dr. Ramón Carrillo de la ciudad de Buenos Aires dispone de un Departamento de Guardia que cuenta con un equipo de cuarenta y cinco personas cuyo objetivo central es aliviar al paciente del dolor y otros síntomas asociados. Las patologías que se asisten pueden clasificarse en cinco grandes grupos: pulpares; infecciones ontogénicas; traumatismos dentarios y de los maxilares; complicaciones de la exodoncia-alveolitis y hemorragias; y urgencias estéticas. El Dr. Carlos Russo, jefe de este servicio, explica: “La guardia es la carta de presentación de todo hospital. Su propósito es que los servicios médico-odontológicos estén disponibles de manera ininterrumpida las 24 horas del día, los siete días de la semana, los 365 días del año. Atendemos las urgencias odontológicas de quienes residen, trabajan y transitan en la ciudad de Buenos Aires”.
Los pacientes acceden a la guardia por demanda espontánea derivados de otras áreas del hospital, hospitales generales, Centros de Salud Comunitarios (Cesac) y odontólogos de forma particular. “Si tenemos en cuenta que la urgencia es definida como la patología cuya evolución no es necesariamente mortal, pero que debe ser atendida a la brevedad para evitar complicaciones mayores, y la emergencia es una situación que pone en peligro inmediato la vida del paciente o la función de un órgano, en nuestro servicio recibimos sobretodo urgencias con la excepción de la avulsión dentaria en la cual la celeridad del tratamiento podrá evitar la muerte del órgano dentario”, detalla el Dr. Russo.

Atender en la pandemia
Antes de la pandemia, el promedio de consultas era de 2800 mensuales, pero el COVID-19 afectó directamente la dinámica sanitaria: “Desde los primeros días de marzo de 2020, se empezó a temer -y desconocer- el alcance y las consecuencias en la atención y sobre todo lo referido a la aerosolización. El Ministerio de Salud de la Nación convocó a la Confederación Odontológica de la República Argentina y a la Asociación Odontológica Argentina para el estudio y análisis del material científico local y del exterior, y así se publica- ron los primeros protocolos”, expresa Carlos Russo.
Cuando se impuso el Aislamiento Preventivo Social Obligatorio (ASPO) la demanda odontológica cayó a niveles muy bajos: “En ese momento solo se autorizaba la atención de urgencias extremas -sin producción de aerosoles-, y la Guardia era el único servicio en funcionamiento en el hospital.
Vivimos una enorme incertidumbre, y de a poco comenzó un proceso de adecuar los protocolos y normas a las realidades fiscas y de insumos, estos cambios se actualizan hasta hoy, debido al ritmo del conocimiento científico”.
De los cambios permanentes de la situación epidemiológica y de la actualización constante de los protocolos y avances de la ciencia, el Dr. Russo rescata el lado positivo de la pandemia: “Nos volvimos más lectores, más pesquisadores de la información. Ayudados por la decisión de la comunidad cien- tífica, de los grandes buscadores, de las bibliotecas y base de datos, de poner a disposición todos los artículos en acceso abierto (open access). Hubo que convertirse, además, en revisores y analistas para identificar y descartar las fake news. De este modo desde la soledad del servicio, tratamos de saber desde cuáles eran las proteínas más importantes para la transcripción y replicación viral hasta cómo colocar- nos correctamente el equipo de protección personal”.

La aerosolización
Una preocupación compartida por toda la comunidad odontológica en estos tiempos fue la aerosolización. Al comienzo de la pandemia si se realizaba una práctica con producción de aerosoles el tiempo de espera entre pacientes debía ser de por lo menos tres horas: “Hoy, se sabe que las gotas con tamaño suficiente para albergar partículas virales con capacidad de contagio decantan en diez a treinta minutos. Actualmente, el Ministerio de Salud de la Nación recomienda esperar media hora para luego realizar la limpieza de las superficies y comenzar con la siguiente consulta. No obstante esta evidencia, se recomienda averiguar en cada jurisdicción, circulo, colegio o ministerio qué protocolos se manejan de manera local, ya que existen disposiciones de espera de treinta minutos, cuarenta y cinco minutos, una hora y tres horas”, señala Russo.

Límites para la atención
La Guardia del Hospital Ramón Carrillo cuenta con dos dispositivos odontológicos totalmente equipados, ubicados en un mismo espacio sin división entre ellos, que poseen grandes ventanales que garantizan iluminación y ventilación, con techos muy altos que generan un gran volumen de aire. Sin embargo, el Dr. Russo enfatiza: “El espacio no es demasiado amplio para las nuevas exigencias y al no tener una división con estanqueidad solo quedo habilitado un solo sillón. Esta disminución de puestos de trabajo es una problemática común a todos los servicios de los hospitales del país con modalidad de consultorios pabellonados o compartidos. Esto sumado al aumento del tiempo de espera entre pacientes conlleva lógicamente a una disminución en satisfacer la demanda de atención de la población tanto en patologías crónicas como agudas”.
Como dato significativo en la guardia aumentó el número de veces que los pacientes concurren por reagudizaciones de patologías ya tratadas en su momento y esto se debe a que durante la pandemia no pudieron acceder al tratamiento definitivo.

El reconocimiento de los pacientes
“En su mayoría, la población entiende que estamos sumidos en una catástrofe mundial y que las normas nos imponen esta forma de atención. Los pacientes comprenden y acompañan. También pueden comprobar el profesionalismo, la dedicación, efectividad de los profesionales de nuestro ser- vicio”, se enorgullece el especialista.
Para finalizar, el Dr. Carlos Russo define el gran desafío que deben asumir: “Debemos recuperar la atención odontológica general, trabajar para alcanzar -y porque no superar- los índices históricos de cantidad de pacientes atendidos. Y así poder cumplir con nuestro objetivo primordial: que la urgencia sea el disparador, que el dolor sea el motivador para que el paciente sea consciente de su enfermedad, y pueda ser ingresado al sistema, para lograr así la salud bucal integral”.

Hospital Ramón Carrillo: un poco de historia
El Hospital Nacional de Odontología se inauguró el 11 de noviembre de 1948, y ese mismo día se habilitó su servicio de Guardia. En 1992, fue transferido al ámbito de la ciudad de Buenos Aires por Decreto del Poder Ejecutivo Nacional. Años más tarde, trasladado a un remodelado y modernizado pabellón en el predio del Hospital Rivadavia, donde funciona en la actualidad. A partir de ese momento, su nombre pasó a ser Hospital de Odontología Dr. Ramón Carrillo. “Fue en honor al gran médico sanitarista e impulsor de este proyecto de avanzada de contar con un hospital público y gratuito de especialidades odontológicas, en ese momento solo existían en el mundo dos instituciones sanitarias con estas características”, explica el Dr. Carlos Russo.

Traumatismos
En el campo de la urgencia odontológica, además de las novedades que trajo el COVID-19, se publicaron nuevas guías de traumatismos dentales. La International Asociation of Dentral Traumatology en mayo de 2020 dio a conocer las actualizaciones y cambios en la evaluación y manejo de las diferentes injurias traumáticas (www.iadt-dentaltrauma.org).

Equipo de guardia
Tres profesionales de planta de 24 horas con experiencia en emergentología.
Un residente diario de 12 horas de labor, que rotan durante dos años.
Dos asistentes de día y dos de noche.
Diez odontólogos suplentes.
Una asistente para sábados, domingos y feriados.
Un técnico de mantenimiento.
Jefe: Dr. Carlos Russo.

Dr. Carlos Russo
Odontólogo. Especialista en Endodoncia.
Jefe del Servicio de Guardia del Hospital de Odontología Dr. Ramón Carrillo.
Profesor adjunto de la Carrera de Especialización en Endodoncia, Universidad del Salvador/Asociación Odontológica Argentina.
Editor asociado de RAOA, la revista de la Asociación Odontológica Argentina.

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Hospital Zonal de la Ciudad de Trelew. “Ningún colega contrajo el virus en su ámbito laboral”
El Dr. Eduardo Mairal, jefe de Odontología, destaca que junto a la atención de la población, el objetivo en la pandemia fue la protección del profesional

El Hospital Zonal de la ciudad de Trelew no dispone de un servicio de odontología en su edificio, pero si cuenta con consultorios odontológicos en once Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) y un servicio de odontopediatría, también, externo. En 2019, el Dr. Eduardo Mairal, que trabaja en el hospital desde 2005, se hizo a cargo de la jefatura del área y tiene a su cargo a veintitrés profesionales entre odontólogos y asistentes.
Cada CAPS cubre las necesidades del barrio en el que se ubica. La población que concurre es de bajo y medianos recursos, en su mayoría sin cobertura social y de todas las edades. “En los CAPS se ofrece atención general, excepto lo referido a las prótesis. Es decir, se realizan operatorias, cirugías, periodoncia, endodoncia y prevención y promoción de la salud bucal”, explica Mairal.
Las patologías más frecuentes son las odontalgias agudas como procesos periapicales, y la exodoncia es la prestación que prevalece. En cuanto al número de consultas a diario, varía según cada CAPS pero promedian diez por día. El horario normal de atención es de 8.00 a 14.00 horas. “El servicio no cuenta con guardias de ningún tipo. La atención es por medio de turnos dados el mismo día. Y se atiende a demanda la urgencia. Las prestaciones de mayor complejidad las programa cada profesional según la turnera”, detalla el jefe del servicio.
“No todos los CAPS cuentan con asistente dental, cuando no se dispone de ese personal es el mismo odontólogo el que realiza esa tarea: recepción del paciente, acondicionamiento de instrumental, esterilización, etc.”, agrega el Dr. Mairal.

La atención en tiempos de pandemia
Desde marzo de 2020, el Departamento del Área Externa del hospital decidió por distintas razones, que solo continuaran con la atención cuatro CAPS. “Debimos armar cronogramas de forma rotativa y por burbujas junto con el cuerpo médico, de enfermería y administrativo de cada centro”, detalla Marial.
Algunos colegas debieron dejar de prestar servicio por ser pacientes de riesgo y fue necesario reestructurar el modo de atención. El Ministerio de Salud de la Provincia a través del Departamento de Salud Bucal emitió los respectivos protocolos. “La coordinación del servicio de odontología fue consensuada con la dirección del hospital. La asistencia se limitó solo a la urgencia, y se controló el flujo de pacientes que ingresaban al CAPS, sin dejar de asistir a la patología que así lo requería”, suma el Dr. Mairal.
La entrega de los equipos de protección personal (EPP) está a cargo del hospital. “Al principio todo fue muy desconocido y nuevo. Con el transcurso de los meses, las dificultades en la entrega de EPP se resolvió. Siempre se priorizó el cuida­ do del profesional ante este nuevo virus y se implementa- ron todos los mecanismos de bioseguridad necesarios. Se realizaron capacitaciones del personal para el uso de los EPP como así también de técnicas de hisopado para el que lo requería, y de esta manera poder colaborar con el sistema de salud ante esta pandemia”, agrega el colega.
En los CAPS donde se continuó con la atención odontológica, se implementó un sistema de triage a cargo de personal preparado para tal fin. “De esta manera se minimizó el riesgo de atención a pacientes portadores del virus y se dio atención a quien realmente lo necesitaba”, cuenta Mairal. Con el paso de los meses y las nuevas normativas, se resolvió la apertura de más centros de salud con las correspondientes medidas de seguridad y protocolos. En la actualidad, hay centros de salud definidos como rojos y verdes, según se trate de lugares donde se realizan hisopados o no. “De a poco los pacientes están volviendo a atenderse. La concurrencia aminoró mucho al comienzo de la pandemia, pero ya no tienen tanto miedo y retoman sus controles de salud”, agrega el profesional.
Con orgullo, el Dr. Eduardo Mairal habla del equipo de trabajo que dirige: “Los profesionales del servicio se acomodaron bien a la situación y colaboraron en lo que estaba a su alcance. Algunos se sumaron al personal que salía en ambulancia a realizar hisopados en domicilio, otros al Plan Detectar y otros cumplieron con la función de odontólogos desde el lugar que les tocaba”.

La protección del colega
“En este tiempo, muchos fuimos conscientes de lo ex- puesto que está el odontólogo porque trabaja a una distancia mínima de la boca y con una aerosolización muy marcada. Muchos optamos por seguir utilizando las nuevas medidas de bioseguridad, que quizás antes no incorporamos, por ejemplo, uso de máscaras protectoras además del barbijo que ya nos colocábamos. En nuestra profesión siempre hubo que estar alerta a la transmisión de diversas infecciones, y desde hace mucho tiempo usamos materiales para la protección personal como así también para la desinfección del lugar de trabajo. En esta pandemia, estas cosas se fueron adaptando al momento que se atravesaba. La forma de trabajar en cuanto a nuestro cuidado personal fue muy óptima, y podemos decirlo con satisfacción porque desde el comienzo de la pandemia a hoy ningún profesional del servicio contrajo el virus en su ámbito laboral”, explica el Dr. Eduardo Mairal.

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Hospital Central de Mendoza. “La salud bucal debe ser un bien transversal para toda la población”
Así lo expresa, la Dra. Mariana Pezzutti, jefa del servicio de Odontología. Además, enfatiza en el aprendizaje que implicó la pandemia y los desafíos hacia el futuro

El servicio de Odontología del Hospital Central de Mendoza es de alta complejidad, corresponde al tercer nivel de atención y recepciona y resuelve interconsultas del primer nivel de la periferia. Además, participa activamente en la red de referencia y contrareferencia que sostiene la estructura de salud pública de la provincia basada en la atención primaria, secundaria y terciaria. La Dra. Mariana Pezzutti es la jefa de este sector (ver recuadro) y trabaja en el hospital desde 1999 cuando ingresó como residente.

El servicio en la pandemia
Durante la pandemia, la atención debió modificarse y las urgencias se transformaron en la principal causa de consulta. Fue el Departamento de Odontología provincial el que definió qué tipo de patologías podrían abordarse en las diferentes etapas: “Nos dedicamos a la atención de flemones, abscesos, hemorragias, lesiones estomatológicas, traumatismos, pericoronaritis, exodoncias complejas”, detalla la Dra. Pezzutti.
El área de Infectología del hospital elaboró estrictos protocolos. Se rediseñaron circuitos de circulación de pacientes (ingreso y egreso) y se creó el Comité de Crisis compuesto por miembros de todas las áreas hospitalarias. “Aquí se tomaban las decisiones que conducirían los destinos del manejo de la pandemia”, enfatiza la especialista.
Por otra parte, se implementó la realización de un triage de control de síntomas y monitoreo del paciente del que participó el servicio de Odontología. Cuando se detectaban síntomas compatibles, no se permitía el acceso y se derivaba a la guardia COVID, que funcionaba en el edificio nuevo: “Este fue un invalorable espacio, que se convirtió en el pulmón del hospital y ofició de hospital COVID; posibilitó continuar con la atención de las demás patologías de forma segura en el edificio principal e histórico”, añade Pezzutti.
“Debido a la complejidad de las actividades de nuestro ser- vicio y a su dimensión, ya que cuenta con once consultorios, nunca se detuvo la actividad. Se implementó la división en dos brigadas de trabajo. Tanto odontólogos como enferme- ros concurrían semana por medio para evitar brotes de contagio masivo y de esta forma garantizar la continuidad de la atención”, cuenta Mariana Pezzutti. El servicio asumió la responsabilidad de realizar los hisopados de screening: se realiza PCR en todas las áreas críticas y en aquellos pacientes que se someterán a cirugías que involucren aerosolización. También, se hace a donantes de órganos y a aquellos que inician tratamientos oncológicos como quimioterapias o inmunosupresiones.
A partir de noviembre de 2020, el hospital retomó la actividad habitual y regresó todo el personal a trabajar. Paulatinamente, comenzaron a habilitarse las especialidades y los turnos programados volvieron a otorgarse de forma regular.
En la actualidad, el servicio funciona normalmente, siempre en el cumplimiento de los protocolos correspondientes. “Luego de los primeros meses de la pandemia creció mucho la demanda por situaciones graves (flemones, abscesos con requerimiento de hospitalización) producto de la falta de atención a tiempo. Se trabajó mucho en informar a los pacientes, con el fin de llevarles tranquilidad y seguridad a la hora de recibir atención”, expresa la responsable de Odontología del Hospital Central de Mendoza.
Se generaron cronogramas organizados de actividades, con distribución equitativa de tareas: “Así se logró recuperar la calma en tiempos de cambios inesperados y continuos. Nunca tuvimos falta de elementos de protección personal ni inconvenientes con los protocolos de cuidados y prevención COVID-19. Nuestro servicio estuvo a la altura de las circunstancias. Gracias a la extrema colaboración y organización de sus miembros pudo rápidamente rearmarse para contener la demanda” señala la odontóloga. Por otra parte, se incorporaron tres asistentes dentales: “Las estábamos esperando desde hace mucho tiempo, lograron ingresar porque durante la pandemia pusimos parte de nuestro personal de enfermería al servicio de las áreas de atención COVID-19, que las necesitaba”.

El aprendizaje
Para cerrar, la Dra. Pezzutti reflexiona sobre la experiencia que dejo la pandemia y los proyectos para el futuro: “Fue un gran año de aprendizaje, un hospital en crisis ofrece oportunidades nunca antes pensadas y nos lleva a entregar lo mejor de nosotros. Creo que si volviera a ocurrir algo así repetiría cada cosa que se hizo, ahora con más experiencia sin duda alguna. El plan del hospital es incorporar nuevas tecnologías y adelantos destinados a nivelar las condiciones de la odontología y el acceso a toda la población sin importar su nivel socioeconómico o su poder adquisitivo. La salud bucal debe ser un bien transversal para toda la población”.

Secciones y unidades
Secciones. Cirugía Dentomaxilar: Cecilia Guasco y María Florencia Papini. Jefe: Sergio Cara / Endodoncia: Darío Ialea / Estomatología: Yanina Ingrid Palazzolo / Periodoncia, Regeneración e Implantes: Dra. Cristina Vega Videla.
Unidades. Cirugía Bucomaxilofacial y Patologías de Articulación Temporomandibular: Natalia Baquioni / Ortodoncia: Cecilia Guasco y María Florencia Papini. Hisopados COVID­19. Marisa D’ Agostino.

Residencia
El Hospital Central de Mendoza es un hospital escuela y desde 1989 funciona la residencia de Odontología General, dividida en tres años de formación con eje en la atención de pacientes de alto riesgo sistémico y la posterior adquisición de destrezas de complejidad creciente mediante rotaciones por las diferentes especialidades. Ingresan dos residentes por año. El jefe de residentes articula la relación entre los profesionales de planta, que son los instructores naturales que imparten la formación académica, y el grupo de residentes a su cargo.
Plantel actual. Jefa: Sol Faur. Tercer año: Julieta Viada- na y Lucía Manzur. Segundo año: María Florencia Puebla. Primer año: Fabiana Abrahan y Soledad Zabalza.

Dra. Mariana Pezzutti
Odontóloga especialista en Odontología Social y Comunitaria y en Periodoncia.
Preside el Comité de Docencia, Investigación y Posgrado y coordina la subdirección Asistencial del Hospital Central de Mendoza. Integra la Comisión del Programa de Capacitación Continua -PRECAP- del Departamento de Odontología del Ministerio de Salud de Mendoza. Dirige el PRECAP de Periodoncia y coordina el de Cirugía Dentoalveolar. Docente de posgrado, codirectora del Curso de Manejo de Tejidos Blandos alrededor de Dientes e implantes, Círculo Odontológico de Mendoza.
 

 

 

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