En la segunda parte de este trabajo científico, se exponen los tipos de traumas que pueden afectar al diente, así como los tratamientos posibles y las formas de prevención
Dra. Roxana Gabriela López
* Coordinadora Provincial por Tucumán de la CNP-CORA
Frente a un traumatismo dental debemos realizar un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado. De esto dependerá que el pronóstico sea favorable o no, y en todo accidente no es posible predecir la evolución a largo plazo de la pulpa dental y del periodonto.
La respuesta biológica es única para cada paciente. El medio interno está sometido a diferentes calidades de estímulos: hormonales, nerviosos-psicológicos y sociales, que determinaran diferentes respuestas enzimáticas. No todas las situaciones que se consideren fracaso lo son realmente, el verdadero fracaso es la pérdida de la pieza dentaria.
Frente a un traumatismo, podemos tener diferentes consecuencias según el órgano afectado.
Trauma que afecta el diente
- Infracción del esmalte: fractura incompleta del esmalte sin pérdida de la estructura dental.
- Fractura no complicada de la corona: sin pulpa expuesta.
- Fractura complicada de la corona: con pulpa expuesta.
- Fractura no complicada de raíz-corona: se extiende por debajo de la línea de las encías e involucra la raíz del diente pero no expone la pulpa.
- Fractura complicada corona-raíz: se extiende debajo de la línea de las encías e involucra la raíz del diente, pero también expone la pulpa.
El tratamiento inicial es estabilizar los fragmentos con una férula y la posible extirpación del nervio dependiendo de la gravedad de la fractura.
El tratamiento definitivo dependerá de la gravedad de la fractura y puede incluir desde la colocación de una corona, la extrusión ortodóncica, la extrusión quirúrgica o hasta incluso la extracción y su posterior reposición con un implante dental.
Trauma que afecta el tejido periodontal y tratamiento necesario
- Subluxación: movilidad del diente debido a una lesión en las estructuras de soporte. Tratamiento férula flexible para estabilizar el diente durante catorce días, dieta blanda y recomendación de monitorizar el diente después de la estabilización.
- Avulsión: el diente está completamente desplazado fuera de su alveolo. Se vuelve a colocar el diente, se feruliza durante dos semanas y dieta blanda. Se recomienda el tratamiento del conducto radicular dentro de los siete/diez días siguientes.
- Luxación lateral: el diente se desplaza y se fractura un hueso vecino. Reposicionamiento del diente, estabilización con una férula durante cuatro semanas y dieta blanda. Hay que monitorizar la pulpa ya que si pierde su vitalidad será necesaria la realización de un tratamiento endodóntico.
- Intrusión: el diente es empujado hacia el interior del hueso. Los posibles tratamientos son la erupción espontánea, tratamiento de elección para dientes que no están completamente desarrollados; reposicionamiento con ortodoncia o reposicionamiento quirúrgico para intrusiones severas. La reabsorción y/o anquilosis es un riesgo de dientes intuidos. El tratamiento de conducto se usa para prevenir la reabsorción dentro de las tres/cuatro semanas siguientes.
- Extrusión: el diente es empujado fuera del hueso. Reposicionamiento del diente y estabilización con férula durante catorce días. La vitalidad del diente tiene que ser monitoreada. Si el diente dejara de ser vital, puede necesitar un tratamiento de conducto. Todo elemento dentario que ha sufrido un traumatismo es una situación de emergencia y debe tratarse lo más rápido posible.El ligamento periodontal conecta el diente y el hueso y lo mantiene en su lugar. Este ligamento puede sobrevivir durante dos horas. El diente debe mantenerse en saliva, leche o agua para darle la oportunidad de sobrevivir y poder ser reimplantado.
¿Qué hacer frente a un traumatismo dentario?
Los traumatismos dentales son uno de los accidentes más frecuentes en niños y adolescentes y aunque la inmensa mayoría de las veces son leves y no suelen comprometer gravemente la salud del niño, es importante que los adulto sepan qué hacer y qué no hacer cuando un niño se cae y se golpea los dientes.
- En primer lugar, mantener la calma. El niño estará asustado, llorando, tendrá dolor, permanecer serenos y tranquilos, sin ninguna duda ayuda a que el niño se tranquilice antes.
- Recoger el diente por la corona, no por la raíz.
- Lavarlo con agua o solución fisiológica, no frotarlo. - Nunca lavarlo con jabón.
- Si es un diente definitivo, no de leche, intentar implantarlo de nuevo en su lugar y cerciorar que está en la posición adecuada.
- Los dientes de leche (temporarios) no se reimplantan.
- Si es un diente definitivo y no se es capaz de reimplantarlo, colocarlo en un vaso con agua, con suero o incluso sumergido en leche y acudir al odontólogo.
- El tiempo es fundamental para salvar la pieza dental: lo ideal es que el paciente sea examinado por un profesional en un plazo máximo de una hora.
- Si el diente no se llega a desprender, pero sí se ha roto un trozo, debe ser examinado igualmente por un profesional.
- Muchas veces además se desgarra el frenillo del labio superior, y se verá mucha sangre
- De nuevo, se debe mantener la calma.
- Dar unos minutos al niño para que se tranquilice en brazos.
- Con una gasa o pañuelo intentar comprimir suavemente sobre el desgarro, se comprobará como en seguida deja de sangrar.
- Aplicar frío local (hielo envuelto en un paño) para bajar la inflamación.
- El frenillo no se sutura, ni se hace nada con él.
- En este caso hay que vigilar encías y dientes, en ocasiones la encía con el paso de los días se inflama, aparece como un granito de pus sobre ella o incluso se comienza a ver cómo el diente cambia de color hacia un tono grisáceo. Ante la duda, y sobre todo si el impacto ha sido importante, consultar con un profesional.
¿Cómo podemos prevenir los traumatismos?
Corrección de las condiciones ortodóncicas; uso adecuado de medidas preventivas; uso de cinturón de seguridad, protectores bucales realizados por odontólogo y cascos.
Protectores bucales
Los protectores bucales mantienen los tejidos blandos (labios y carrillos) alejados de los dientes, y evitan la laceración. Amortiguan los dientes contra los golpes frontales y redistribuyen las fuerzas que podrían producir fracturas o desplazamientos. Evitan el contacto con los dientes antagonistas y con ello la fractura de los dientes.
Además, proveen un soporte resiliente para la mandíbula, lo que permite absorber los golpes y evitar fracturas en el ángulo mandibular o en el cóndilo; y ayudan a evitar daño neurológico al alejar el cóndilo de la cavidad glenoidea para que no se incluya en la base cráneo
Proveen protección contra las lesiones de cuello y representan una ganancia psicológica, ya que el deportista se siente protegido, y su rendimiento es mejor. Estos protectores llenan los espacios edéntulos, lo que permite remover las prótesis y evitar que el deportista las pueda tragar accidentalmente.
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