En 2009, la Federación Odontológica Latinoamericana (FOLA) estableció el 5 de diciembre como el Día Latinoamericano de la Lucha contra el Cáncer Bucal. Mediante el Decreto presidencial 955/2016, se declaró, también, como fecha nacional gracias a la iniciativa del Ministerio de Salud con el fin de procurar la toma de conciencia sobre el tema.
A nivel regional, los diferentes países se comprometen a realizar acciones tendientes a difundir entre la población la importancia de la prevención y el diagnóstico precoz del cáncer bucal. En este sentido, la CORA promueve acciones educativas desde su Comisión Nacional de Prevención y sus entidades confederadas.
Información clave sobre el cáncer bucal
La experiencia indica que la población desconoce que puede existir cáncer en la cavidad bucal. De acuerdo a datos estadísticos, en la Argentina solo el 15% de los casos se detecta en etapas tempranas, mientras que el 85% restante se manifiesta en períodos avanzados debido a desinformación o a tratamientos ineficaces por diagnósticos equivocados.
El cáncer bucal es una proliferación anormal y descontrolada de células de la mucosa que tapizan la cavidad bucal. Se puede localizar en labios, lengua, encías, paladar, o en cualquier sector de la boca. Si no se trata, por lo general avanza rápidamente, con compromiso funcional y estético a las personas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la incidencia de esta patología oscila en la mayoría de los países entre uno y diez casos por cada 100 000 habitantes. Su prevalencia es relativamente mayor en los hombres, las personas mayores, con bajo nivel educativo y escasos ingresos. El 44% (4 de cada 10) de los casos de cáncer de cabeza y cuello ocurren en la boca, 33% en la laringe y el 23% restante en la faringe.
Las alternativas de tratamiento, una vez diagnosticado, incluyen una o más de las opciones entre cirugía, radioterapia, quimioterapia y medicamentos de blanco específico.
En fumadores, bebedores de alcohol, portadores de prótesis desadaptadas o bocas en estado de salud deficiente, aparecen con una prevalencia importante las lesiones llamadas cancerizables. Algunas de ellas son asintomáticas, por lo tanto el paciente no sabe que la padece, de allí la importancia del examen permanente.
La edad promedio de aparición del cáncer oral es de 55 años, con una tendencia marcada en personas más jóvenes por hábitos de riesgo (tabaco y alcohol). En la Argentina, por ejemplo, se estima que hay 3000 casos nuevos por año y mueren entre 800 y 1000 enfermos en el mismo período. Esto significa que fallecen aproximadamente dos personas por día por esta patología.
Causas y factores de riesgo
El origen del cáncer bucal se vincula en un 80% de los casos a hábitos y costumbres de vida. El tabaquismo es el principal factor así como, además, el exceso de consumo de alcohol acrecienta los riesgos y la combinación de ambos implica un peligro aumentado. El virus del papiloma humano (VPH) también constituye otra causa a tener en cuenta. Algunos aspectos a considerar son la sepsis bucal; el consumo de bebidas y alimentos muy calientes; el trauma crónico sobre la mucosa bucal como tener dientes con bordes filosos por caries, prótesis desadaptadas o con ganchos que lastimen, piercings orales y hábitos lesivos. La exposición solar sin protección y las infecciones virales, se suman a estos factores.
Por otro lado, el consumo crónico de aguas con alto contenido de arsénico también puede predisponer a tener cáncer bucal. En nuestro país, hay zonas con HACRE (hidroarsenicismo crónico regional endémico) donde existen tasas de crecientes de esta patología. Asimismo, las inmunodeficiencias e inmunodepresiones (SIDA y enfermedades congénitas) predisponen su aparición.
¿Cómo prevenirlo?
El involucramiento de los profesionales de la odontología constituye un elemento fundamental en el compromiso de concientizar a la población y darle visibilidad a esta enfermedad, en la cual la prevención es el camino adecuado para evitar pérdidas de vida.
Entre las recomendaciones, los especialistas destacan: visitar al odontólogo cada seis meses, evitar el tabaco y el exceso de alcohol, llevar una alimentación rica en frutas y verduras, mantener una buena higiene bucal y reponer las piezas dentales faltantes.
El diagnóstico precoz es esencial y en ese sentido es clave el autoexamen para el cual los signos de alerta a considerar son: lesiones en labios, encías o dentro de la boca que sangran con facilidad o no cicatrizan en un plazo máximo de tres semanas (siempre y cuando no estén causadas por heridas anteriores); adormecimiento en alguna parte de la boca; manchas blancas, marrones o rojas en las encías, la lengua o dentro de la boca; bultos que se ven o se perciben con la lengua; cambios en la textura o en el relieve de la mucosa de la boca.
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