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Odontopediatría en pacientes con discapacidad. Parte 1

09/09/2017

Trabajo científico. Primera parte

Por la Dra. Liliana Calcagno, Federación Odontológica de la Provincia de Buenos Aires (FOPBA).

Durante 6 años funcionó en Av. Belgrano 1370, sede de la Federación Odontológica de la Provincia de Buenos Aires (FOPBA), la clínica de atención a personas con discapacidad, derivada del proyecto y luego Programa de Atención a Personas con Discapacidad.

De esa experiencia se pudo extraer la siguiente información que mostró la necesidad de atención y estimulación temprana en odontopediátrica de esta población tan vulnerable.
De un total de 186 pacientes, solo un mínimo porcentaje eran pacientes de entre 0-3 años de edad, con lo cual sería muy oportuna la intervención para que no se generara la patología; seguían en mínimo porcentaje el grupo entre 3 y 6 años, preescolares, entre quienes instaladas las conductas de cuidado personal son fundamentales para -volvemos a recalcar- que la patología no se instale. Los pacientes de 6 a 12 años significaban un 3%, en este grupo el recambio dentario dará la posibilidad de ir restaurando patologías anteriores e intervenir para que la oclusión, masticación, deglución y fonación confluyan en un todo rehabilitador.
El 4% de la población asistida tenía entre 12 y 20 años y en un porcentaje mayor contaba con 20 a 60 años; llegaban la primera consulta en muchos casos con bocas que perderían piezas o ya las perdieron por anestesia generales invasivas y sistemáticas, o con nula información sobre la higiene y cuidado bucales adecuados para la salud general. No tendremos salud general sin salud bucal.
Cuando la lesión está establecida se requiere mayor intervención, mayor tiempo y mayor recurso financiero.
Se observó aumento de prevalencia de caries y enfermedad periodontal ya instalada con enfermedades sistémicas asociadas; alto consumo de H de C; no cuidado de la salud bucal; no control de la dieta; más de cuatro momentos de azúcar al día; ausencia de profesionales odontólogos/as que los atiendan y guíen en su crecimiento.
Por otra parte, sino existe adecuada atención en niños y bebes con discapacidad, ya que los profesionales que los atienden minimizan la salud bucodental la situación se complejiza. Por otro lado, si se acepta que la salud es un proceso social complejo y que no existe salud general sin salud bucal, debe trabajarse mancomunadamente.
Las enfermedades bucodentales en bebés y niños con discapacidad obedecen a múltiples factores relacionados con alta ingesta de azúcares, falta de higiene bucal sin flúor, carencia de control odontológico, que serían revertidos si en el equipo de ET el odontólogo actuara oportunamente. Si el paciente llega a la consulta con un cuadro complejo, muchas veces la única forma de abordaje es con sedación o anestesia general, y eso es muy traumático y no genera una conducta preventiva.
Con respecto a la consulta odontológica también está ausente o es escasa, y con frecuencia solo se recurre a ella para solucionar la urgencia.

Riesgos
Los riesgos son un aspecto de la conducta personal, del estilo de vida, de una exposición ambiental o de una característica hereditaria; lo que sobre las bases de la evidencia epidemiológica se asocia con una condición vinculada con la salud y considerada importante para la prevención (Last, 2001).
Los factores que determinan el riesgo de enfermedades bucales en bebés o niños con discapacidad, se dividen entre:
1. Factores generales: socioeconómicos, ambientales, culturales y biológicos (rasgos genéticos, enfermedades sistémicas, medicación de uso crónico, estado nutricional, estado inmunitario, enfermedades interrecurrentes, estrés).
2. Factores locales: hábitos de higiene como uso del cepillo o elementos de higiene bucal, motivación de los padres o familiares para estimular al bebé o niño, exposición anterior (primarios-permanentes), dieta como papillas y alta ingesta de azúcares, características dentarias tal como malas posiciones y oclusiones, tiempo de erupción (alargamiento del tiempo eruptivo por alteraciones funcionales), características salivales (hipersalivación o hiposalivación por medicaciones), aparatología (fisurados labio-alveolo-palatinos), ausencia de controles periódicos.
Se considera a esta población como pacientes de alto riego porque están presentes los factores que desarrollan la enfermedad, manifiestan indicios de ella debido a la experiencia personal y en atención de personas con discapacidad (FOPBA). Se observó elevado índice de manchas blancas, encías sangrantes y más de tres caries nuevas en los controles.
Por otra parte, existes factores de riesgo elevados, que dividimos en dos grupos:
1. Externos: inexistencia o malos hábitos de higiene bucal; bajo nivel de educación para la salud bucal; ausencia de visita odontológica; presencia de biopelícula de placa bacteriana, de cálculo y secreción salival; problemas de nutrición.
2. Internos: presencia de microorganismos, estado hormonal, trastornos genéticos, enfermedades crónicas, diabetes mellitus tipo 1.
El conocimiento e identificación de los factores de riesgo sirve para que en la atención individual o colectiva se puedan establecer hábitos higiénicos y estilos de vida saludables lo más temprano posible para recuperar, mejorar y conservar la salud bucal. Esto permitiría a todo el equipo interdisciplinario de enfermedades trasmisibles trabajar en las causas de la patología antes de su manifestación.
La preocupación nos compromete para generar propuestas preventivo- educativas de salud bucal: para revertir las conductas desfavorables.
“El primero de todos los valores es la vida misma y la primera de todas las aspiraciones es la salud, como condición primera para poder acceder a cualquiera de las necesidades de bienestar y felicidad del ser humano”. (Colombo, Yolanda. Manual de educación para la salud bucal Módulo I: Salud y prevención, 2015). Sería importante lograr el estado de completo bienestar.

 

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